loras



ASTA HACE tres décadas en Palenque, México, la algarabía de las guacamayas verdes y rojas era ensordecedora. Y es que una gran cantidad de estas aves multicolores reposaban en la copa de los árboles más altos. Su presencia se hacía notar con los ruidosos cantos y su silueta encendida de tonos escarlartas.
Se caracterizan por ser las aves más inteligentes que existen, por su cierta capacidad de raciocinio. Además figuran entre las más espectaculares por su vistoso plumaje. Son parientes de cotorras, loros y cacatúas, y desde el punto de vista morfológico, forman parte de la familia de los Psittacidos, que viven en las regiones tropicales y estropicios.

Pero, estas especies han ido desapareciendo, debido a la pérdida de su hábitat como consecuencia del avance de la frontera agrícola, la extensión ganadera, los incendios forestales y el tráfico ilegal de la especie.
ESPECIES AMENAZADAS
En Panamá la situación es la misma, al punto que las guacamayas están siendo objeto de investigación por parte de científicos. Sólo existen cinco especies de guacamayas, dos de ellas en peligro de extinción, manifestó preocupada Gwen Keller, científica asociada del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI).
La Unión Mundial para la Naturaleza (UICN) le otorgó al país el segundo lugar de la región mesoamericana en su “lista roja” de especies amenazadas.
La lista roja de la UICN es el inventario más completo del estado de conservación de las especies de animales y plantas a nivel mundial.
La guacamaya verde o Ara Ambiguus vive a lo largo de las planicies costeras del Golfo y las sierras noroestes, las planicies costeras del Pacífico y al sur en la Sierra Madre.
Además, esta especie ha sido declarada en riesgo por la Convención Internacional de Especies Salvajes de Flora y Fauna en Peligro de Extinción (CITES por sus siglas en inglés), que prohibe su comercialización como una forma de protegerla de la destrucción de su hábitat, por lo que se han eliminado sus lugares de anidación.

CONTRABANDO DE AVES
El tráfico ilegal de la guacamaya verde y su comercialización para el mercado de aves, han contribuido en la declinación de la especie, eliminándola de varias regiones del país.
De acuerdo con Keller, aquí en Panamá estas especies se encuentran en el área de Cerro Hoya, en la provincia de Los Santos, en Veraguas y Darién.
No obstante, se desconoce en Panamá cómo viven y donde anidan estas especies, por lo que se busca establecer un plan ecológico con información básica de guacamayas, puntualizó la investigadora.
Estudios internacionales revelan que las guacamaya verdes anidan en huecos, así como en cuevas hechas en las paredes calcáreas de cañones y arrecifes a alturas que alcanzan los 40 metros.
Sin embargo, la deforestación y la caza de aves exóticas ha destruido nidos y cavidades con potencialmente para el anidamiento de la especie, reduciendo las posibilidades de reproducción de estas aves.
Muchos nidos son destruidos por humanos, depredadores naturales, enfermedades, tormentas, parásitos y la competencia por las cavidades con otras especies que incluyen a las abejas africanas.
Otras de las especies de guacamayas en peligro de extinción es la Ara Macao o guacamaya roja, las cuales viven en Centroamérica y Sudamérica.

LA CAZA ACORRALA A LAS GUACAMAYAS
Las guacamayas de Sudamérica se ven diferentes a las que viven en Centroamérica. La guacamaya roja de Sudamérica, Ara macao macao, vive en Brasil, Colombia, Ecuador y Perú, y tiene algo de verde en sus alas, mientras que la guacamaya roja de Centroamérica, Ara macao cyanoptera, se encuentra en México, Guatemala y Belice, es más grande que la sudamericana y tiene color azul en sus alas.
En Panamá esta especie se ha divisado en el área de la península de Azuero, la cual habita en bosques de lluvia no perturbados., Panamá América
Su alimentación de basa de frutos, nueces, flores y néctar. A veces se alimenta de fruta verde y de nueces que otros animales no consumen. También consumen arcilla de algunos bancos ribereños. Igualmente se alimentan de girasol, de trigo, de maíz, de arroz y semillas de cáñamo
Uno de los problemas en Panamá es la caza furtiva de las guacamayas.
CONSERVACION
Según Gwen Keller, científica asociada del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI) los humanos sacan los pichones de sus nidos reduciendo la tasa de reproducción. Dos a tres huevos son producidos y únicamente la hembra incuba, aunque el marcho en ocasiones se aproxima al nido para alimentar a su pareja o polluelos. Las pequeñas aves crecen lentamente y pueden permanecer en el nido por más de 90 días.
En un intento por preservar la especie, diversas organizaciones estatales y no gubernamentales de Guatemala, México y Belice buscan integrar esfuerzos, para lograr que las guacamayas sobrevivan.
Como parte del esfuerzo, se ha puesto en marcha la reproducción en cautiverio de la especie, lo cual no es fácil, pero pueden vivir hasta 100 años, dijo Keller.
También es importante proteger el área de anidación, a fin de reducir la depredación de los nidos, un factor importante para mantener la especie en su estado natural.

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